sábado, 17 de febrero de 2018

Wendy Carlos: una Persona Maravillosa


En las otras reseñas publicadas en este Blog se ha hablado de la obra musical de Wendy Carlos.
También se ha mencionado al pasar el hecho de que nació varón, se lo llamó Walter y luego cambió de nombre.
Sin embargo en muchas notas que he leído en Internet a lo largo de los años se menciona especialmente, y como si fuera algo más importante que su obra musical, el asunto del cambio de nombre, y claro, de sexo, a través de un procedimiento quirúrgico.
¿Cuál es el objeto de seguir hablando de algo que ocurrió en 1972 y que, aparentemente, no tiene nada que ver con su obra musical....?
Títulos como:
“Cómo la compositora transgénero Wendy Carlos cambió la música para siempre” o “Conoce a Wendy Carlos: La Madrina Trans de la Música Electrónica“, entre un montón de títulos similares...
¿Cuál es el objeto de mencionar desde el título de una nota la condición sexual de un músico...?
Por ejemplo tomemos a Vladimir Horowitz...
¿Estaría bueno que al hacer una reseña empezáramos contando ya desde el título mismo que aunque se casó con Wanda Toscanini y tuvieron una hija, él supuestamente era homosexual y para reafirmarlo citáramos a Arthur Rubinstein como innegable fuente?
También podríamos decir que Rubinstein era un chismoso, envidioso de otro exitoso pianista que tocaba su mismo repertorio, además de ser un petiso agrandado.
Honestamente: ¿a quién carajo le importa?
Lo único que nos debiera importar es que ambos fueron excepcionales pianistas, que casi hasta el fin de sus largas vidas dieron conciertos, y entonces disfrutar de esa maravillosa música.
Y así podríamos citar un montón de casos. De lo único de lo que estaríamos hablando en realidad es de nosotros mismos, de nuestros intereses morbosos, no de esos artistas.
Pareciera una tontería pero en este último tiempo en el que repasé y profundicé mi conocimiento sobre la obra de Wendy Carlos encontré varias personas que seguían con esta actitud chismosa, farisea, de jueces sin nombramiento oficial. Mayormente son tipos que ni siquiera son músicos. Pero aunque lo fueran no tienen ningún derecho a juzgar la conducta privada de otro músico. Porque aquí no está en cuestión su música, sino su vida privada.
    
El derecho a la privacidad
    
Parece que no entendieran la diferencia entre conducta privada y pública. Y es algo tan sencillo que por ejemplo “el derecho a la privacidad, que en los EE.UU. aparece como un derecho no-enumerado, en nuestra Constitución tiene norma propia y además, muy clarita.”
El artículo 19 de la Constitución de la República Argentina dice:
“Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.”
Extraigo esta frase de un artículo que sería interesante que leyeran para entender este derecho y como lo aplican los jueces de verdad:
“Cierto es que muchas veces se la relegó en pos de objetivos sociales o políticos que se suponían superiores. Pero ahora vamos a ver qué fuerte que es la norma cuando se la lleva hasta las últimas consecuencias.”
(Artículo completo)

Dicho esto recuerden que si quieren que se respeten sus derechos tienen que respetar los derechos de los demás. Si no les gusta que se metan en sus vidas no se metan en las de otros. Además, con esto en mente, tengan cuidado con lo que dicen, cómo lo dicen y dónde lo dicen, porque pueden ser demandados legalmente, como comentaré en la parte final del artículo.



sábado, 3 de febrero de 2018

Rick Wakeman en Argentina 2018


A veces pienso que no hay nada más lindo que terminar el día escuchando buena música.
Sobre todo si el día fue un día de duro trabajo.
Sobre todo si el trabajo que tengo que hacer no me gusta.
Seguramente lo mismo te pasa a vos.
Es un alivio.
Algo que te relaja antes de acostarte a tomar tu merecido descanso.
Por mi parte no solamente escucho música: también veo videos musicales. Especialmente conciertos, pero también ensayos, backstage y entrevistas. Me encanta cuando los músicos cuentan qué los inspiró y relatan anécdotas. Rick Wakeman es especialista en contar anécdotas. Tiene un gran humor y puede convertir cualquier situación extraña en un hecho memorable. Como cuando echó a Salvador Dalí del escenario porque interrumpió su solo de piano.
En una de esas tantas entrevistas contó algo sobre los primeros trabajos que tuvo siendo joven. Trabajo pesado que afortunadamente pudo dejar para hacer lo que le gusta: vivir tocando y componiendo música.
Personalmente me parece que es un tipo estupendo, y cada vez que viene a la Argentina me encanta ir a verlo.
Algo excelente que él hace es darles trabajo a músicos locales.
Cuando vino en 2014 no solamente contrató a músicos para formar la Orquesta Sinfónica y Coro que lo acompañaron, sino que también contrató a un locutor local (condición lógica para un relato como se da en Journey to the Centre of the Earth) y a una vocalista local, Florencia Benítez, que a muchos críticos no les gustó. Es cierto que comienza en una octava grave, pero así es en la partitura, y en el resto de concierto cantó con registro más alto. Como debe ser. A los que critican hasta estas cosas les aconsejo que agarren la partitura, que no muerde. Creo que los que critican viven del recuerdo de un disco. Y sobre todo no vieron (ni escucharon) la versión en DVD de 1975 en Melbourne, Australia. Ese sí que es un sonido espantoso. Y sin embargo es una joya histórica. Después de haber escuchado decenas de versiones llego a la conclusión que estuvo muy bien.

Y lo digo porque mientras escribo verifico el excelente registro hecho el 20 de Octubre de ese año, en el Teatro Gran Rex, que publicó El Estudio Nómade. Y lo sigo con la partitura, claro. Pero a quién le importa la opinión de los críticos. Si a Rick le pareció buena es más que suficiente.
   

Y ahora nos visitará de nuevo: el 2 de marzo a las 19:00 horas, en el Teatro Colón. Tres años y medio esperando su vuelta, y por fin se concretará.
La verdad es que hay muy poca información sobre esta presentación.
En la radio escuchás el anuncio de un “Wakeman Sinfónico”, y de fondo un intenso sonido de sintetizadores.

Hasta la vieja foto que pusieron en el sitio de venta de entradas sugiere esto.