sábado, 7 de julio de 2018

Syd Barret, oigo tu risa todavía


Cuando murió Syd Barrett, fundador y líder de Pink Floyd, el 7 de julio del año 2006 , su hermana se encontró con que en la cuenta de Roger -su verdadero nombre- había algo más de dos millones de euros. Una cuenta inmaculada que durante años y años había engordado por el dinero que entraba periódicamente procedente de los derechos de autor y venta de discos de Pink Floyd. Dave Gilmour siempre se preocupó de que le ingresaran el dinero.

Oficialmente, Barrett había muerto a causa de un cáncer de páncreas, aunque la diabetes había sido su gran padecimiento durante sus últimos ocho años. Desde mucho antes, desde que lo echaron de Pink Floyd, de su propio grupo, en abril de 1968, estaba marcado por la esquizofrenia, provocada por su adicción al LSD, a lo que se sumaba un desorden bipolar y un espectro de autismo. El 'caso Barrett' es uno de los más estudiados en el mundo de la esquizofrenia.

Syd Barrett vivía como un ermitaño en su ciudad, en Cambridge. Se movía en bicicleta, con una especie de cesta, tal como describía en su genial y surrealista tema 'Bike'. Al final, parece que intentaba escribir un libro. Esa era la vida de un genio que se volvió loco. Así de simple. El fundador de Pink Floyd, el creador de obras maestras absolutas como 'Arnold Layne', 'See Emily play' e 'Interstellar overdrive'.

Barrett también inventó el sonido de Pink Floyd y el nombre, tomado como una broma surrealista, basado en los nombres de dos músicos de blues no muy conocidos: Pink Anderson y Floyd Council. Syd fue tan vanguardista y revolucionario que aún está por conocer quién será el genio que pueda superarlo en su propia astronomía de la esquizofrenia.




viernes, 6 de julio de 2018

Rick Wakeman en Mendoza (2018)


Tal vez en el mismo momento en que estés leyendo esto Rick Wakeman esté deleitando con su melódico y potente piano a los hermanos chilenos, actuando con orquesta sinfónica y coro con Guy Protheroe dirigiéndolos (6 de Julio a las 21 hrs. en Movistar Arena de Santiago de Chile).
Habíamos decidido no escribir una reseña sobre su segunda presencia en Argentina en  2018 porque, si leíste las reseñas anteriores habrás notado nuestro fastidio sobre el excesivo precio de la reventa de entradas para verlo en el Teatro Colón  el 2 de Marzo y la inexistente propaganda de la actuación sorpresa el día anterior en el Gran Rex.
Habitualmente Rick se presenta en el Gran Rex y parecía extraño que no lo hiciera en esa ocasión. Todo fue manejado para que las entradas más baratas (u$s 15.-) en el quinto piso del Colón, de pie, se revendieran a diez veces su valor. Lo más triste es que algunos hicieron alarde de haber pagado ese precio de estafa, burlándose de aquellos que no alcanzaron a acceder por falta de posibilidades económicas. (La situación económica en la Argentina se deteriora cada vez más). Hasta pareciera que la reventa hubiera sido posibilitada por los organizadores, pero, claro, es solamente una sospecha y no tenemos prueba de ello.
Y cuando pongo la responsabilidad sobre los organizadores dejo fuera de todo este turbio asunto a Rick, ya que él simplemente pone su precio y los que lo traen hacen su propio negocio.
Sin embargo mencionaremos aquí la presentación el 7 de julio a las 21 horas en el Teatro Gran Rivadavia porque tiene precios accesibles.