jueves, 28 de diciembre de 2017

Buscando a la Madre de la Música Electrónica (5ª Parte) Wendy Carlos


Cuando inicié esta serie de artículos sobre La Madre de la Música Electrónica mi objetivo primario era hablar de Wendy Carlos.
Un amigo me había dicho que para él el Padre de la Música Electrónica era Isao Tomita. En cambio, para mi, era Karl Heinz Stockhausen.
Así que me puse a investigar y cuanto más aprendía más me convencía de que era difícil, inútil y hasta injusto atribuir la paternidad de la Música Electrónica a un solo hombre, y que además era absolutamente imprescindible incluir a las mujeres pioneras en este Arte. De ahí la serie de artículos mencionados. Porque Wendy debería estar entre Las Madres.
Pero el tema es que Wendy no siempre fue Wendy. Por lo menos a los ojos del resto del mundo. Aunque en su interior ella se considerara Wendy, ella nació como Walter. Si, ese el 14 de noviembre de 1939 en Pawtucket, Rhode Island, Estados Unidos, Wendy nació varón.
Así que por mucho tiempo antes de que yo tomara conocimiento de su cambio de sexo, pudiera haberlo considerado entre los posibles Padres de la Música Electrónica.
    

Wendy Carlos demostrando sonido estéreo para un proyecto de ciencia de la escuela secundaria. Foto de The Rafaelite, anuario de St. Rafael Academy, Pawtucket, Rhode Island. (Autor: The 1958 senior class of St. Rafael Academy)

Pero dejaré este hecho de la sexualidad de Wendy de lado. Aunque solamente por ahora. Más adelante en la nota veremos cuán importante fue este aspecto de su vida en toda su obra.
Otro tema que quiero hacer notar en este momento es que contrariamente a lo que he visto que hacen en general en las reseñas sobre Wendy, pondré las tapas de los discos tal como fueron conocidos por todos nosotros a medida que iban siendo lanzados, es decir, con el nombre de Walter.

Cuando escuché su primer disco no tenía nada en claro sobre él. Para mi era simplemente un creador que hacía una música prodigiosa, envuelta en un misterio total sobre cómo era ejecutada. Esa música de Johann Sebastian Bach, que habitualmente escuchaba en la radio en versiones barrocas, y a veces en rebuscadas versiones sinfónicas estilo Stokowski, ahora llegaba a mis sentidos con timbres electrónicos, totalmente nuevos para mi (y para el resto del mundo, claro).
El disco es Switched-On Bach, lanzado en 1968, y en países de habla castellana se llamó Bach Electrónico.


     

viernes, 22 de diciembre de 2017

Wendy Carlos, una chica difícil


La verdad es que Wendy Carlos se merece que se haga una reseña por cada uno de sus discos.
Pero lo interesante de las reseñas musicales, a mi modo de ver, es que contengan ejemplos musicales.
Sin embargo en el caso de Wendy es algo casi imposible. Creo que debido a cuestiones de copyright es prácticamente imposible encontrar videos en Youtube para usar con ese objetivo (bah, en ningún lado). A lo largo de todo este tiempo que estuve investigando sobre ella he encontrado interesantes ejemplos que al poco tiempo han sido borrados por presiones de alguna compañía. Como músico estoy completamente de acuerdo en proteger el trabajo y los derechos de los artistas. Pero creo que muchos tienen conceptos un poco equivocados sobre lo que es piratería. Confunden con piratería y violación de derechos un simple video subido por un admirador.
Justamente a través de este tipo de videos he conocido a muchos artistas y después he comprado sus obras. No hablo de conciertos completos sino de extractos que sirvan como ejemplo. Son publicidad gratuita hecha por admiradores. No son piratería.

Parece que ninguno de esos artistas que permiten que las empresas discográficas realicen una caza de brujas entienden que un video de un fan puede servirles de propaganda gratis, lo mismo que una reseña como las que hacemos en este Blog. Sinceramente les digo que la época en que gastaba dinero en originales me parece un tiempo que no deseo que vuelva. Simplemente pienso en todo el dinero que gasté en originales y creo que mejor lo hubiera gastado en cosas para mi familia. Porque si el resultado de mis compras hubiera terminado en los bolsillos de los artistas me parecería más que justo. Pero la realidad es que la mayor parte de ese dinero termina en las arcas de los sellos discográficos.
Pero en este caso en especial, luego de leer un extenso reportaje aparecido en una revista Playboy del año 1979 he llegado a entender que parte de su manera de pensar sobre este tema está relacionada con el hecho de haber pasado de ser la persona que vemos en la foto de abajo a la que vemos en la foto del encabezado.