En
1890 Francisco Piria compró
2700 hectáreas de campo, extensión que iba desde el cerro Pan de Azúcar hasta
el mar. Ese mismo año había realizado un viaje a Europa, consecuencia del cual
surgió su inspiración para la explotación turística de las costas uruguayas.
En
1897 terminó la construcción del Castillo, -34.828639, -55.251478 su residencia
particular. Este Castillo contaba con un extenso parque con fuentes y numerosas
estatuas. La vegetación estaba compuesta de una gran variedad de especies
ornamentales exóticas. La arquitectura de este edificio reúne una mezcla de
estilos renacentistas; sus salones principales estaban delicadamente decorados
con papeles importados en los cuales el dorado tenía gran predominio. Las
molduras de yeso revestidas con dorado a la hoja, pisos de pinotea y muebles de
estilo Luis XV, ponían de manifiesto los finos gustos de su morador.
En
1898 una invasión de langostas destruyó todos sus plantíos. En esa oportunidad
colocó como símbolo de fe y esperanza el Cristo Redentor, emplazado en un cerro
ubicado entre el Castillo y el Cerro del Toro, lugar donde geológicamente se
separan los granitos de los pórfidos.
En
1905 construyó el primer Gran Hotel, llamado «Hotel Piriápolis», hoy «Colonia
Escolar de Vacaciones». En 1910 inició la construcción de la rambla, donde se
dejó inspirar por sus viajes a Europa, más precisamente por la Costa Azul
francesa. En 1912 se realizó el primer remate de solares en Piriápolis y, a
partir de entonces, la ciudad comenzó a crecer con la construcción de numerosos
chalets. En 1913 comenzó a correr el pintoresco tren a vapor que unía la
estación de Pan de Azúcar y el puerto de Piriápolis que estaba en construcción
y que se finalizaría en 1916, permitiendo el arribo de los vapores que traían a
los primeros veraneantes desde Buenos Aires. El "trencito de Piria",
como se lo conocía popularmente, fue una de las características típicas del
balneario.
Finalmente,
Piria construyó a un costo de 5 millones de pesos —cifra descomunal para la
época—, uno de los hoteles más gigantescos de América del Sur, el Argentino
Hotel, cuya piedra fundamental fue colocada en 1920 por el presidente Baltasar
Brum, siendo inaugurado el 24 de diciembre de 1930.
Un documental en dos partes que cuenta la historia de Piriápolis y los significados misteriosos de sus edificios y monumentos.
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